Los sonorenses y la revolución mexicana
Alvaro Obregón |
Mientras, el Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, proclamaba el 26 de marzo el Plan de Guadalupe desconociendo al gobierno de Victoriano Huerta, y el Gobernador de Sonora, José María Maytorena, hizo lo mismo, aunque pidió licencia y se fue a Tucsón. Un mes después regresó a Sonora y le ofreció su colaboración al Gobernador Interino, Ignacio L. Pesqueira, mientras que Obregón se dirigía al Sur del Estado a combatir a los huertistas.
Así pasó esa primavera, y mientras que Maytorena intentaba recuperar su posición de Gobernador Constitucional del Estado, apoyado por Venustiano Carranza, que veía la propia como Gobernador de Coahuila reflejada en la situación de Maytorena, por otro lado un grupo de revolucionarios sonorenses se oponía al regreso de Maytorena a la gubernatura sonorense.
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Jose María Maytorena |
Es decir, la división de los revolucionarios constitucionalistas sonorenses se presentó entonces entre los Pesqueiristas, que representaban al Norte del Estado, y el grupo de Maytorena, que representaba a los poderes del Sur de la entidad.
Para resolver esta situación, Alfredo Breceda, representante de Carranza, propuso que se celebrara aquí, en Nogales, una reunión entre los actores de ese conflicto para resolver sus diferencias. Esta sería la primera de varias juntas realizadas en esta frontera para intentar suavizar estas fricciones, aunque al fin todas resultaron infructuosas.
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Presidencia Municipal de Nogales |
No se sabe a ciencia cierta lo que ocurrió en esta junta ya que difieren las versiones de lo sucedido, aunque debió tratarse la aceptación o el rechazo a entregarle el poder ejecutivo del Estado a José María Maytorena, quien técnicamente era Gobernador con licencia. Bajo estas circunstancias, todos intentaron ganar terreno: mientras que los opositores a Maytorena trataron de condicionar su aprobación a que éste accediese a eliminar a sus amigos de su gobierno, además de que les explicara cual sería su programa de trabajo, Maytorena por otro lado se negó con evasivas a acceder, ya que al hacer públicos sus planes disminuiría su fuerza; por otro lado, Obregón apoyó el regreso de Maytorena, basándose en su oposición al grupo de los Pesqueiristas.
El 3 de agosto, Maytorena reasumía en Hermosillo la Gubernatura de Sonora, “siendo mi primer acto reponer a Obregón en su puesto de Jefe de las fuerzas de cuyo cargo había sido destituido por mi antecesor.” Con esta acción, intentaba ganarse para sí la lealtad de Obregón, después de que éste le había confesado en Nogales que no aceptaría el ofrecimiento que le había hecho Carranza de nombrarlo Jefe de las Armas en Chihuahua. En ese caso, le había dicho Obregón, mejor renunciaría a la revolución y se retiraría a vivir como un ciudadano más en Los Angeles, California.
Y aquí vale que nos preguntemos: ¿Es factible que Obregón se retirara a la vida privada? ¿Abandonaría todas sus aspiraciones militares y políticas futuras? Sabemos, la Historia nos lo confirma, que Obregón optó por un camino intermedio. Sí, se retiró de la política activa durante esos meses y dedicó a los negocios aquí, en Nogales, pero no fue un retiro definitivo ya que en 1919 lanzó su campaña a la Presidencia de la República, a través de su Proclama Nogales, campaña que provocó la oposición de Carranza, lo que a su vez desembocó en el Plan de Agua Prieta y en la muerte de Carranza, seguido todo por el triunfo del obregonismo y la culminación del asesinato de Obregón mismo. Pero nadie podía prever esos sucesos aún aunque cabe recordar aquí la frase romana de que, ya entonces, “la suerte estaba echada.”
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