Su mentalidad

Veíamos, en el artículo anterior, la crónica del asalto bancario de 1896 en Nogales, y dejamos a los forajidos en su huida del entonces nuevo poblado. 

Dedicaré este espacio a analizar el significado de estos bandoleros, que eran entendidos como una especie de Robin Hood por los habitantes regionales, ya que interpretaban las disposiciones gubernamentales como atentatorias contra un estilo de vida al que estaban acostumbrados; en la tradición cultural  de esta región, manifiesta a través de la confianza en las acciones  propias, en el coraje de éstas, en una falta de respeto a todo lo que huela a gobierno.

En esta región, durante aquella época, era muy común que bandoleros, tanto del lado mexicano como estadounidense, se aprovecharan de la existencia de la frontera internacional para robar ganado u otros bienes, aún de personas, delitos en un lado de la misma los que, únicamente cruzando la frontera lo acostumbraban vender del otro lado de la línea. En consecuencia, las acciones de alguien eran consideradas como "moral" si no era perseguido uno por sus actos. 

Lo mismo ocurría con los mexicanos, estadounidenses o indios que hubiesen cometido algún delito de un lado de la frontera, los que con sólo cruzar la misma encontraban un refugio del otro lado, en donde el brazo de la ley no los podía alcanzar. Eran considerados como "respetables" por su nuevo entorno.

Además de ello, y dentro de la dimensión de la geopolítica, el combate para controlar los robos de bancos o de ganado sonorense, fue otra de las causas que llevaron al establecimiento de aduanas fronterizas, como la de Nogales. Es decir, las aduanas federales cumplieron entonces la importantísima función de hacer ver a la sociedad regional que el que pisaban era un territorio ajeno al propio. Era un territorio con leyes, costumbres, con normas diferentes a las propias.

Poseo los reportes consulares que lo prueban, aunque sería muy cansado incluirlos aquí, por lo que únicamente menciono casos individuales, como el que nos ocupa en esta ocasión.

Después del robo al International Bank de Nogales, Arizona, que constituye el primer robo bancario en la historia de Arizona, los bandoleros se dirigieron al Este de Nogales, dividiéndose en dos grupos: Black Jack y George Musgrave se dirigieron hacia el río San Pedro, al rancho de Roberts, mientras que el resto entró a Sonora, pasando cerca del puerto de San Antonio (al Norte de Cocóspera y de la garita que hasta hace poco se encontraba en la carretera de Imuris a Cananea), y aunque los perseguía un grupo de oficiales, los robabancos lograron escapar.


Jeff Milton
Al saberse del asalto, el Sheriff de Tucsón,  Arizona, organizó en Bisbee otra partida que incluía a varios oficiales nogalenses, tanto de Sonora como de Arizona. Entre ellos iba el Jefe de Policía de Nogales, Sonora, Ponciano Sánchez, además de los ya entonces famosos Jeff Milton, agente de la Wells Fargo, y el futuro bandolero Bill Stiles, de 23 años de edad, que por entonces "era de los buenos", aunque más bien en su mentalidad se mezclaban ambas dimensiones: la de guardián de la ley y la de bandolero al mismo tiempo.

Cuando uno se detiene un momento a estudiar los antecedentes de aquellas personas, inmediatamente se asombra al apreciar la edad tan joven que tenían. Probablemente el mas viejo de ellos, Jeff Milton, tenía apenas 25 años de edad.

El Jefe policiaco de Nogales, Ponciano Sánchez no lo sabía, pero sólo le quedaban unos días de vida, ya que sería muerto en las afueras de Nogales por indios Yaquis que asaltaron la aduana nogalense ese mismo mes. Sin embargo, no debo adelantarme en esta crónica.

La partida que iba detrás de los forajidos  también colaboró con Juan Fenochio, Jefe de la Gendarmería Fiscal, quien vivía en Magdalena, y aunque alcanzó a los forajidos, éstos lograron regresar a territorio estadounidense.


Continuaron la persecución rumbo al cañón de los Esqueletos, famoso ya entonces porque comunica, a través de las montañas Peloncillo, a los valles de San Simón en Arizona, con el Animas de Nuevo México. Es decir, forma una especie de embudo de comunicación entre ambos hoy Estados de la Unión. 


Black Jack Cave, en la frontera entre
Arizona y Nuevo México
La partida iba entrando al cañón a eso de las 4 PM del 12 de agosto cuando les dispararon de una distancia de aproximadamente 25 metros; esos tiros le dieron dos veces a uno de los perseguidores, Frank Robson, quien cayó muerto instantáneamente. 

El resto de los perseguidores regresaron el fuego y mataron a una bestia de los forajidos, quienes lograron escapar nuevamente, guareciéndose en una cueva que todavía hoy lleva el nombre de Black Jack. 


George West Musgrave, años después del asalto,
cuando trabajaba en Sudamérica.
Para no hacer muy larga esta historia, agregaré que de todos los bandoleros que participaron en este robo bancario, únicamente George West Musgrave llegaría a los 70 años de edad, y falleció por causas naturales en 1947 después de haber seguido el camino de los más importantes bandoleros del Viejo Oeste, ya que visitó Paraguay, Brasil y Argentina, en donde trabajó como vaquero, y de participar en la revolución mexicana, del lado de Villa. 

Entre sus hazañas se pueden contar el haber robado cuatro veces una línea de diligencias en dos semanas, haber matado a un antiguo Texas Ranger a sangre fría y además colaboró en el mayor robo ferroviario de la historia del Ferrocarril Atchison, Topeka y Santa Fe. Y sin embargo, recordemos, acciones como la suya eran perdonables en la opinión de muchos de los habitantes de la región, y  hasta en la actualidad únicamente se considera el aspecto romántico de sus difíciles y azarosas vidas.


Code Young
De lo que les sucedió a los demás asaltantes, puedo decir que no corrieron con la suerte de Musgrave: Black Jack murió en un enfrentamiento con las fuerzas que lo perseguían, el 27 de abril de 1897, mientras que su hermano Bob logró esconderse por un tiempo en Fronteras, Sonora, junto con Musgrave. Robert Hayes fue muerto en otro enfrentamiento en Deer Creek, Nuevo México, mientras que Code Young fue muerto por el Alguacil Will Loomis, cuando intentó robar el tren No. 802, en la estación de Río Puerco, Nuevo México, el 2 de octubre de 1897.

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