El día de los muertos en Nogales y México
El culto a los muertos no es exclusivo de
México ni de Sonora, sino que lo manejan todas las sociedades arraigadas al
pasado. En Nogales, los panteones en los que se ha practicado en forma
generalizada han sido principalmente el Panteón del Rosario y el Nacional.
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El Panteón del Rosario |
En el primero, que es el más antiguo de los
existentes en forma local ya que se origina a finales del siglo XIX , el culto
a los difuntos se reducía hasta el año pasado en ir a dejar flores en la tumbas. Es decir, el
tiempo que les quedaba libre a los descendientes de aquellos que descansan
allí, después de su trabajo cotidiano principalmente en alguna tienda de
Nogales, Arizona.
Esto, mientras que en el panteón Nacional,
que es más nuevo ya que se remonta a la segunda mitad de la década de 1910, se centran las actividades culturales
nogalenses.
Se cierra la calle desde días antes a la fecha, se convierten las
cercanías al panteón en una hilera de carpas en las que se ofrecen desde
cobijas, comida, flores, etc. y el
panteón mismo se transforma en una manifestación de colores, música, pintura y
olores a comida, para que culmine todo el día de los muertos con la asistencia
de familias enteras que van a acompañar a sus antecesores, aprovechando el
tiempo libre que les fue otorgado por la empresa mexicana en la que laboran.
Recuerdo a un folklorista estadounidense, que entonces empezaba su labor, cuando fuimos al panteón de la Reforma el día 3 de noviembre durante la década de 1980. Recuerdo que se paró a la puerta del camposanto y, viendo aquella profusión de colores, únicamente aspiró profundamente mientras pronunciaba: "¡Beautiful, beautiful!" El resultado de aquella investigación fue un libro que publicamos por entonces bajo el patrocinio de la U de Az.
Hasta el año pasado, las flores naturales
que se ofrecían en las tumbas de los panteones de la localidad eran cultivadas
y cosechadas en las márgenes del río Magdalena, de Imuris hacia el Sur. Allí también fuimos entonces, revisando todo el proceso relacionado con esta fecha. La
comida, por otro lado, era manufacturada en el lugar mismo.
Ahora bien, el culto de los altares no es
el usual a nivel local o sonorense, y únicamente los centros de educación
superior lo han practicado tal vez como
manifestación de las políticas nacionalistas del Estado.
Esto mientras que en
el Sur de Sonora, tal vez debido a su mayor influencia indígena, Yaqui, Mayo o
hasta Guarijío, los tapancos, que son el término como se les conoce allí, son
la tradición arquitectónica y religiosa por excelencia.
La política nacionalista posrevolucionaria,
expresada a partir de Álvaro Obregón, fue inaugurada con la realización del
primer concurso de la India Bonita en 1921, concurso en el que resultó ganadora
María Bibiana Uribe, nacida en el "pueblo de Huachinango, Puebla" Como
decía un periódico de entones en un arrebato lírico: "Ha sido costumbre
el abrir siempre concursos para premiar la belleza de una dama; la inspiración
de un poeta o la simpatía de una obrera, pero nunca los diarios y revistas se
han preocupado por engalanar sus columnas con los rostros fuertes y hermosos de
infinidad de indias que pertenecen a la clase baja del pueblo’.
Durante el desfile con el que se coronó como
India Bonita a la "Princesa de ojos de obsidiana," como la llegó a
llamar la prensa de entonces, el presidente
Obregón la acompañó, mientras que en el teatro, la orquesta Típica del
Centenario de Miguel Lerdo de Tejada tocaba La Borrachita, Paloma Blanca,
y otras piezas similares, seguido de una pieza de oratoria en la que Tomás Perrín
enfatizaba los modales humildes de la
indígena, lamentando a la vez que los indios hubieran sido tratados en México
como una clase baja marginalizada, y esperaba que a través de concursos como
éste se motivara el cambio de actitudes hacia lo nativo mexicano.
Como parte de este cambio nacional
gubernamental, se manifestó el interés de los gobiernos por promover lo
indígena; y para concretar lo anterior, se formó el Departamento de Cultura
Indígena en 1922, que fue antecesor del Instituto Nacional Indigenista, el que
a su vez derivó en la actual Comisión Nacional para el Desarrollo de los
Pueblos Indígenas. Durante la ceremonia de inauguración del Departamento, el
Ministro de Educación, José Vasconcelos veía meramente al indígena como una
estructura temporal, hasta que estuviera en condiciones de asistir a las
escuelas ordinarias de México.
Sin embargo, la realidad social del país no
tomó en cuenta de que el nuestro es, en realidad, un enorme tapete de manifestaciones regionales, tanto
culturales como de clases sociales y geográficas, por lo que el tapanco
indígena sonorense y otras manifestaciones culturales indígenas mexicanas
pronto quedaron en el olvido.
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La imagen de un Tapanco tomada por María T. Ruiz Ruiz. Extraída de Facebook |
El tapanco indígena sonorense se practica
en el Sur de la entidad, que es una región en la que el clima lo permite. Consiste
en una especie de ramada que, como estrategia ante las inclemencias del tiempo,
a veces se le coloca con la puerta principal hacia el oriente, aunque siempre
se construye el tapanco pegado a una cruz que es ubicada frente a la casa. Esta, y la siguiente imagen, fueron extraídas de la sección de comentarios a un post. El comentario en cuestión lo originó Centros de Cultura Yaqui, publicada en Facebook, aquí.
Los materiales de los postes del tapanco
son adaptados de las distintas regiones. Así, los pueblos cerca del rio usan
generalmente el carrizo, mientras que los de la sierra llegan a usar pithaya.
También, tanto Mayos como Yaqui usan el batamote.
Por otro lado, la función del altar o
tapanco es más o menos similar: ofrecer a la divinidad, aunque lo que se coloca
allí es distinto, dependiendo de lo que se produzca en el medio natural. Es
decir, mientras que el altar es una mesa con un mantel, que se puede usar o
reutilizar, el tapanco es una estructura que se levanta específicamente para la
ocasión, aunque en algunas regiones del Mayo se puede reusar para colocar allí
cazuelas ya limpias.
Y en relación con los materiales ofrecidos,
en los tapancos se colocan los alimentos que consumían los difuntos, aunque ya
no se ofrendan alimentos que se echen a perder y tiren, como el Wakabaki, pues
se supone que se lo llevarán. En su lugar, se colocan actualmente maíz y frijol
en grano, pinole con piloncillo o machaca; es decir, alimentos que sirvieron de
comida a los antiguos cuando se levantaban en armas o cazaban. Actualmente, el
maistro que construye el tapanco es
quien se lleva los alimentos.
Últimamente, a fines de 1915 se popularizó
otra versión de la manifestación mexicana del culto a la muerte a través de la
filmación de la película de 007, SPECTRE, en combinación con la elaboración y
participación de un desfile de 11 esqueletos que medían aproximadamente tres
metros de altura, además de 12 mascarones. Son figuras de la muerte de tamaño
descomunal, hechas de metal, cartón, espuma de polietileno, etc, Para su
filmación e inclusión en la película, los productores de la misma se pusieron
en contacto con el Colectivo Ultima Hora, un organismo perteneciente a la Fábrica de Artes y Oficios
(FARO) de Oriente, ubicada en
Iztapalapa, perteneciente a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de
México. Eso sirvió para popularizar aún más la figura del esqueleto, que no del
tamaño descomunal de las figuras, ya que
no funcionó en México el ejercicio de un desfile con figuras de
descomunal tamaño.
Además de ello, y dentro de otra vertiente,
la catrina fue resultado de una combinación de invenciones. En primer lugar,
Manuel Manilla (ca. 1830 - 1895) un caricaturista que utilizó por primera vez
las calaveras y esqueletos en sus dibujos de la caricatura social mexicana,
costumbre que fue perfeccionada por José Guadalupe Posada (1852 - 1913),
considerado como precursor del movimiento
nacionalista mexicano en las artes plásticas.
Su figura actualmente más
conocida es la de "la calavera Garbancera." El nombre de
"garbancera" se deriva de la
palabra con la que se conocía entonces a las personas que vendían garbanzo, o sea que teniendo sangre indígena pretendían
ser europeos, ya fueran españoles o franceses, renegando de su propia raza,
herencia y cultura.
Esta figura de Posada posteriormente, en 1947 se
popularizaría como manifestación
político-ideológica en el México revolucionario a través del mural de
Diego Rivera titulado SUEÑO DE UNA TARDE DE DOMINGO EN LA ALAMEDA, en la que se
le presenta como una mujer cadavérica aunque alegre, vestida con la elegancia
de comienzos del siglo pasado, además de que cambió de nombre a "la
Catrina."
Es decir, esa figura era un retrato
satírico de aquellos mexicanos que, en la interpretación de Posada, adoptaban
las tradiciones artísticas aristocráticas en el México de antes de la revolución; es decir, personas que deseaban
ser lo que no eran.
En resumen, asistimos a otra redefinición más de lo nacional y de sus rituales.
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