La Aduana de Nogales

Agosto es el principal mes de Nogales.  Agosto empieza con una fecha que recordar y terminará con otra que conmemorar .

Fue el 2 de agosto de 1880 cuando fue creada la Aduana de Nogales, cuando esta población no existía aún. Le seguiría en 1882 la inauguración del ferrocarril de Sonora en la entonces vacía cañada; y así empezó a llegar gente, espontáneamente, al cruce fronterizo para que, durante la revolución ocurriera la fecha que ha hecho Heroica a esta población, un 27, también de agosto, pero de 1918. Pero no nos adelantemos.

Era 1880,  México inauguraba su desarrollo económico y al mismo tiempo, en el Sur de Arizona era construido el Ferrocarril  Southern Pacific, que ese mes de marzo llegaba a Tucsón.

La llegada del Ferrocarril a Tucsón, vía férrea que se construía entonces y había entrado a Arizona por Yuma, para dirigirse después al Paso del Norte, provocó que se incrementara enormemente la introducción de artículos personales a Sonora. 

Como ejemplo de este ilegal comercio, tenemos un informe del cónsul estadounidense en Guaymas, quien decía que en Sonora, cuatro de cada diez piezas de ropa, habían sido introducidas de contrabando a Sonora. Todo eso había llevado al interés del gobierno mexicano por la frontera Norte de Sonora. Su desarrollo económico era inevitable.

Hasta poco antes del establecimiento de aduanas sobre la frontera misma, como la que nos ocupa, la de Nogales,  ya había otras  en Magdalena, en Fronteras, en Altar y la marítima de Puerto Libertad; mientras que en Arizona la correspondiente estaba en Fort Mason (hoy Río Rico). 

Sin embargo, el ferrocarril, primero, y la llegada de las carreteras, después, fueron cambiando esta disposición geográfica, transfiriendo los puntos de cruce internacional más hacia el Oeste, por lo que de esta manera, otros puntos geográficos, diferentes a los de los siglos XVII al XIX, fueron alcanzando nueva promimencia. 

La Aduana de San Pedro, Palominas, en 1890
El gobierno federal de México dándose cuenta de este cambio, ordenó el establecimiento, el 2 de agosto de 1880, de cuatro aduanas en la frontera misma de Sonora con Arizona. San Pedro Palominas (cerca del actual Agua Prieta, y que se dedicaba principalmente a controlar el paso de ganado), los Nogales, Sásabe y Quitovaquito (situado cerca del actual Sonoita, en medio del desierto de Sonora) . En cada una de ellas había un Administrador, un Contador, varios Oficiales, un Comandante, dos Cabos, y 20 celadores. 

Existe una fotografía, tomada en 1890,  la que incluyo  en este artículo, que nos muestra a la aduana del rancho San Pedro Palominas, situada cerca de Agua Prieta, en el punto en el que el río del mismo nombre cruza la frontera. Estas aduanas existentes entonces aprovechaban, en donde la había, la infraestructura preexistente, como el caso de este lugar o de Quitovaquita: ambas estaban situadas en una habitación del rancho del mismo nombre. La familia Elías en el caso de San Pedro, o la Quiroz en el de Quitovaquita. Además, muestra la vestimenta típica de los mexicanos de entonces. Vestido semicharro, con sombreros de ala ancha para los miembros de la clase media y alta, y vestidos blancos de manta para los demás. La aduana del Sásabe, por otro lado, estaba situada en el poblado del mismo nombre,  lugar del que que nos habla el gran pensador mexicano, José Vasconcelos, en el tomo I de sus memorias, Ulises Criollo, 

Kosterlitzky vestido de su uniforme
Complementando las Aduanas, había además otros cuerpos militares encargados de evitar el contrabando. Así estaban la gendarmería fiscal mexicana, que cuidaba la región desde su base en Magdalena, mientras que los Rurales, dirigidos por el Teniente Coronel Emilio Kosterlitzky, era un cuerpo de agentes aduanales viajeros de la frontera  de Sonora que protegían el Noreste del Estado, inaugurando, así, la "volanta" que muchos recordamos. El principal intento de evasión del pago de impuestos de aquel entonces se daba en la ganadería, ya que los rancheros buscaban cruzar la frontera y comerciar sus ganados sin el consiguiente pago de impuestos.

En la aduana de Nogales, al menos durante el primer año de funcionamiento, sus empleados trabajaban bajo la sombra de una lona que habían erigido en el punto en que el Arroyo cruza la entonces despoblada frontera, rompiendo la soledad primero algún viajero y después de su inauguración, el tren; cocinaban usando el agua del arroyo, y entretenían sus noches con historias de terror ambientadas por las sombras del cercano acantilado.

El primer administrador de la  Aduana de Nogales, Jacobo Andonaegui, llegó por barco a Guaymas y tomó posesión en la entonces desierta aduana del lugar, el 11 de octubre de 1880, durando en su desempeño unos cinco meses, lo que nos habla de lo monótono de su  trabajo. Dos años después, al ser inaugurado el ferrocarril, fue construido un pequeño cuartito de madera para que funcionara como Aduana, situado al Sur de la estación, casi junto a la frontera misma.


El Edificio de la Aduana de Nogales
El majestuoso edificio aduanal que muchos nogalenses conocimos, situado a unos pasos de la frontera misma, ese símbolo  de la presencia nacional, de inmediato mostró que su costo no había sido en vano. De ingresos en 1880 por $6,562.05, éstos subieron a $422,356.46 durante 1887, que fue el primer año del funcionamiento del nuevo edificio, y continuaron elevándose. Este importe equivalía a cinco veces lo que había costado el edificio aduanal, o sea $83,882.17. Así surgió la aduana de Nogales, que por muchos años se convirtió en el ícono de esta población. Era un referente regional y nacional. Allí se realizaban los actos públicos más notables del Norte de Sonora.

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