El 27 de agosto de 1918

Interrumpo momentáneamente la serie que escribo actualmente para hablar de otra fecha,  también ocurrida en agosto, en la historia nogalense, la que se ha convertido en ícono del ser local. Me refiero al 27 de agosto de 1918, cuando los hechos sucedidos entonces llevaron a que el Congreso de la República concediera el título de heroica a esta ciudad en 1961. 

Al ser Nogales una población fronteriza con Estados Unidos, inevitablemente la influyen desde sus inicios los sucesos mundiales, sean éstos positivos o no, a lo que debemos agregar que México era entonces el principal productor mundial de petróleo, y  además se encontraba inmerso en la revolución mexicana. 

En enero de 1917, Gran Bretaña había hecho público el telegrama Zimmermann por el que el gobierno de Alemania le prometía ayuda a México para que recuperase  el territorio que había perdido durante la guerra de 1846-1848. Y mientras que el gobierno de Venustiano Carranza no le prestó mayor atención, sabiendo que era una treta alemana para formar otro frente bélico para Estados Unidos, el reconocimiento de la autoría del telegrama por el Ministro del Exterior alemán,  Arthur Zimmermann,  obligó a Estados Unidos  a declarar la guerra a Alemania en abril de ese año de 1917, y así entró a participar en la que ya se llamó Primera Guerra Mundial.

En México, el gobierno de Woodrow Wilson, a fines de 1915 reconoció a la facción carrancista dentro de la revolución, desconociendo a la facción villista.  


Villa, sin saberlo, atacó el 1 de noviembre de 1915 a Agua Prieta, aunque fue rechazado con grandes pérdidas humanas cuando en medio del ataque fueron enfocados enormes reflectores que diezmaron a sus tropas, además de que Estados Unidos había permitido el paso por su territorio de tropas carrancistas para reforzar la defensa de Agua Prieta, hecho que hasta su prensa cubrió, como se ve en la imagen adjunta.


En represalia, Villa atacó el 9 de marzo de 1916 a Columbus, Nuevo México, hecho que a su vez provocó la Expedición  Punitiva. Unos 10,000 soldados que entre ese mes y hasta febrero de 1917 entraron a México por Chihuahua, sin permiso, buscándolo infructuosamente. Iban dirigidos por el Gral. John Pershing, quien dirigiría después los esfuerzos bélicos estadounidenses en Europa durante la I Guerra Mundial.

A mediados de ese 1916, al correrse la voz de la expedición punitiva, todo Nogales, Sonora, fue evacuado durante un mes, pensando que, al igual que Chihuahua, Sonora sería invadido; además, el gobierno del Estado hizo un inventario de alimentos con que contaba la entidad, para el caso de que se declarara la guerra con la nación vecina. Sinembargo, a Wilson no le convenía abrir otro frente  bélico, americano, en su contra, por lo que la situación poco a poco fue regresando a la "normalidad."

Desde su inicio, en Nogales no hubo una frontera física que impidiera el cruce indiscriminado, aunque en Estados Unidos intentaban  por entonces lograr un mayor control sobre su territorio. Así podemos entender el que, en diciembre de 1917, fueron establecidos los pasaportes para cruzar la frontera, que eran unas tarjetas color verdoso con la fotografía de la persona a la que acompañaba un texto con  sus señas particulares principales.
 

La frontera cerca de donde
ocurrió el enfrentamiento poco antes de 1918
Sin embargo,  poco antes del 27 de agosto, en varias medidas totalmente injustas, únicamente se permitió un cruce máximo por semana a quien no trabajase en Arizona. Además, fueron colocados soldados a cada tramo de la frontera, para que evitaran el cruce indiscriminado de la misma.  Los guardias se limitaban a dispararle a los potenciales transgresores, hiriéndolos o matándolos, y en ocasiones penetraban a territorio mexicano, provocando  desmanes dentro de México.
Félix B. Peñaloza

El alcalde nogalense,  Félix Buenrostro Peñaloza, de 52 años de edad, advirtió de estas acciones estadounidenses ante la Sría. de Relaciones Exteriores, diciendo proféticamente que se debían de controlar, estos actos, "... siendo en mi concepto de toda consecuencia haga Ud. una enérgica reclamación para poner un ´hasta aquí´ a los hechos criminales que ostentan con derroche de lujo los centinelas americanos contra nuestro pueblo, que conceptúan en estado salvaje provocando con sus desmanes a un conflicto internacional que debemos evitar..." Pero no le hicieron caso y la tensión se fue elevando, esperando únicamente  una chispa para que iniciara la conflagración internacional. 

Son alrededor de las  4 PM de ese caluroso día del 27 de agosto de 1918, cuando caminando entre los rieles del ferrocarril, a unos pasos del monumento internacional No. 122, se aproxima a la frontera un mexicano que intenta regresar a México.


A los guardias estadounidenses  que se encuentran en la estación del ferrocarril estadounidense, situada a unos metros más hacia el Norte de la frontera, según una investigación realizada poco después de los hechos por su gobierno, se les figura que oculta algo bajo la camisa, por lo que intentan revisarlo y le ordenan, en Inglés, que se detenga. Además, el soldado William Klint, que estaba ya casi en la frontera misma, presenta armas e intenta detener al mexicano.

Este, que después se sabrá que se llamaba Zeferino Gil Lamadrid, responde únicamente en Español. "Ahorita vuelvo" y  sigue caminando. Al ver la conmoción, los agentes aduanales mexicanos que se hallaban en la estación ferroviaria de Nogales, Sonora, ubicada a unos metros al Sur de la frontera, acuden y le gritan al mexicano que no se detenga.


La tumba de Andrés Ceceña
No se sabe quién disparó primero, pero el resultado del intercambio de fuego son la muerte de Klint, y de los guardias aduanales mexicanos, Francisco Gallegos, Andrés Ceceña, José Galván y un conserje de nombre José María Célis. 

Sigue después un momento de calma que durará algunos minutos, mientras llegan refuerzos militares estadounidenses, que estaban en el fuerte militar, Stephen D. Little, ubicado casi en la confluencia de Grand y Mariposa, en el cerro donde se encuentra el actual edificio del Condado de Santa Cruz.

Al llegar estos soldados, al mando del Tte. Cornl. Frederick Herman, éste les ordena tomar posiciones, tanto hacia el Este como al Oeste de Nogales, Sonora, y la batalla se generaliza. En el asalto al cerro de la Calle Elías, muere el Capt. Joseph H Hungerford.
Además, el presidente de Nogales, Sonora, que se encontraba comiendo en una fonda de la Calle Elías, al darse cuenta de la conmoción sale intentando detener la violencia, aunque es alcanzado por una bala. 


Tumba del Alcalde Peñaloza,
erigida por su viuda
Ya herido, lo meten a la botica/consultorio del Dr. Fernando Priego, quien al auscultarlo ve que no tiene remedio, y fallece pocos minutos después. En opinión del Dr., el presidente Peñaloza: "no vaciló en exponerse a una muerte segura, pero en su calidad de Presidente Municipal creyó cumplir con su deber, según él mismo me lo manifestó cuando ya estaba herido." 

Durante la batalla internacional, la participación se realizó entre soldados estadounidenses y civiles de Nogales, Sonora, ya que los soldados mexicanos que había en la  plaza no participaron en la refriega por órdenes superiores, aunque el Comandante de la Plaza, Mariano Abasolo, les dio armas a los que iban a pedirlas. 

Únicamente se dio la participación espontánea de un convoy de soldados yaqui que se encontraba aproximadamente a la altura de la actual Plaza Hidalgo, los que intervinieron bajo las órdenes del Cap. Enrique Buelna.

La refriega dura unas horas, y esa noche la calma es interrumpida por unos disparos realizados desde el lado sonorense de la frontera, por lo que se establece la Ley Marcial en el lado sonorense. Un día después se realiza una entrevista entre el Gobernador y Comandante Militar de Sonora, Plutarco Elías Calles, con el Comandante de las fuerzas armadas estadounidenses  Arizona, Gral. DeRosey  Cabell, por lo que la paz irá regresando a esta frontera.

Durante varios años, y a pesar de  las precarias condiciones del municipio, se intentó erigir un monumento adecuado a los caídos, aunque sin suerte. No fue sino hasta que el Gral. Álvaro Obregón llegó a la presidencia de la república, que mandó el obelisco que todos conocemos, realizado en la Cd de México, y además finalmente, el 22 de julio de 1961, por decreto del Congreso nacional, toda la población de Nogales fue declarada heroica.

Ahora que, cambiando nuestra perspectiva a un conteo de las bajas ocurridas durante el enfrentamiento, tomando en cuenta que, debido a las características espontáneas del enfrentamiento, no existen datos precisos, se calcula que hubo alrededor  de 28 a 30 los soldados mexicanos muertos, más unos 100 civiles muertos. De cualquier manera, éstas no son sino estimaciones que no se basan en hechos concretos. 

Del lado estadounidense, por otro lado, debido a que se trató de un enfrentamiento militar, existe más precisión: cuatro  soldados y 2 civiles muertos, más 28 heridos entre soldados y civiles.

La cantidad de participantes en el combate fue de alrededor de 800 soldados estadounidenses que se enfrentaron a la población civil de Nogales, Sonora, a lo largo de la geografía nogalense de entonces, razón que llevó a la declaratoria de Heroica a toda la población local.

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