Primeras expediciones

Hablaba, en el artículo anterior acerca del origen español de gran parte de la región estadounidense y me centraba en el Sureste de esa, hoy  nación. Son evocaciones importantes para el momento en que los relacionemos con la polémica que se da actualmente en los Estados Unidos en relación con los llamados "habitantes ilegales." 

El principal impulso de los primeros exploradores españoles de lo que actualmente conocemos como Unión Americana, fue el posible hallazgo de riquezas como las que habían sido encontradas en el Centro del actual México. De esta manera fue cómo se fue descubriendo el Sur y Este del actual Estados Unidos (como se ve en el mapa adjunto, que acertadamente pone a California como península, y no como Isla según se pensaba a finales del siglo XVII y principios del siguiente), por lo que en éste artículo y los siguientes me extiendo sobre nuestra región del Noroeste de México y Suroeste estadounidense.


Así se organizaron expediciones hispanas que entraron a ese territorio que actualmente es estadounidense poco después de la conquista por Cortés del Imperio Azteca en 1519, con la  meta de hallar riquezas como las que habían sido encontradas en el centro del actual México. 
Ruta aproximada de Alvar Núñez Cabeza de Vaca

El virrey Antonio de Mendoza y el mismo Cortés, al escuchar lo que decía el náufrago Cabeza de Vaca de aquellos territorios después de su regreso a la ciudad de México, tras su odisea de recorrer junto con otros tres náufragos, entre quienes se encontraba el moro Estebanico, todo el Sur del actual Estados Unidos, desde Florida hasta cerca del actual Culiacán, en Sinaloa, organizaron sendas expediciones hacia el Norte, buscando tesoros, y mientras que Mendoza envió al franciscano Marcos de Niza, acompañado de Estebanico, a conocer el actual territorio de Arizona y Nuevo México; por otro lado, Cortés organizó otra expedición por mar, encabezada por Francisco de Ulloa, para reconocer la Costa del Pacífico.
Ruta aproximada de Fray Marcos de Niza

Fray Marcos regresó a la Cd de México en 1539 después de que el Moro Estebanico había sido muerto por los indios, con historias de 
haber visto brillar de lejos a ciudades como Cíbola, lo que en la mente de los españoles se entendía como la existencia de riquezas incomparables; y al escuchar eso, el virrey Mendoza organizó otra expedición, ahora por tierra, encabezada por Francisco Vázquez de Coronado, para ver qué había en esas regiones.

Hoy sabemos que Cíbola y Quivira, así como las siete ciudades de oro, únicamente existieron en la mente de los europeos, ya que se remontan a leyendas portuguesas,  previas a Colón, de que esas ciudades habían sido establecidas por expediciones católicas, aparentemente en el siglo VIII.

Vázquez de Coronado entró al actual Nuevo México, y después hasta Kansas, aunque como es obvio no encontró las riquezas de las que había hablado Fray Marcos, quien se equivocó cuando aparentemente había alcanzado a divisar, desde lejos, el brillo del oro en esas ciudades. 

Ruta aproximada que siguió Francisco Vázquez de  Coronado.

Mientras, otra expedición paralela a la suya, al mando de Francisco de Alarcón, descubrió que Baja California no es isla, ya que subió por el río Colorado hasta cerca de su confluencia con el Gila. Este conocimiento se perdió con el tiempo, y para cuando llegó Kino a Sonora, nuevamente se creía que California era una isla.


Por otro lado, la expedición de Ulloa, patrocinada a su vez por Hernán Cortés, partió de Acapulco con la idea de hallar el Estrecho de Anián que supuestamente comunicaba a América con Asia. Siguió por la costa del Pacífico subiendo hasta cerca de los 42° Norte, aunque tampoco halló ninguna de las riquezas de que se hablaba, ni el mítico Estrecho de Anián. Ulloa mismo se perdió en el Pacífico, frente a Baja California, convirtiéndose, a su vez, en otra leyenda, la del "barco perdido del desierto".

El conocimiento en el centro de México de que las fabulosas riquezas que se creía que existían en el Noroeste de la Nueva España eran únicamente un mito, desalentó más expediciones con la meta de la conquista de las regiones boreales aún desconocidas, por lo que fue necesario idear otro tipo de financiamiento con la meta de la conquista para el Imperio Español de aquellos territorios.  
El Mayflower

Así fue cómo se llevó a cabo la figura del Concordato Real, el cual era una especie de contrato entre la Corona Española y la Iglesia, por la que el Rey prometía pagar y proteger la entrada de misioneros, que se encargarían de, por medio de la cruz, conquistar los terrenos desconocidos. 

Todo ésto sucedió al menos un siglo antes del viaje del barco Mayflower que trajo a América a los primeros colonos ingleses que llegaron a nuestro continente, y un cuarto de milenio antes de la fundación de los Estados Unidos.

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