Gerardo Pesqueira

Se ha sostenido en algunas ocasiones que el incidente internacional del 27 de agosto de 1918 tuvo como causa inmediata que  el originador del mismo era sordo. Esto es una falsedad que ha sido perpetrada durante estos años.

Zeferino Gil Lamadrid, a quien  le tocó ser el causante del incidente no padecía absolutamente en nada  de sus facultades auditivas. Podriamos pensar que quien sostenía esa versión lo hiciese de buena fe, pody pensaríamos que  al escuchar los disparos del guardia estadounidense se arrojó al piso, y en algunas interpretaciones se le atribuyó a sordera el que no hubiera atendido los llamados de los guardias estadounidenses. Sin embargo, como digo, Zeferino no fue sordo.

Sin  embargo, la versión de que un sordo provocó el incidente internacional, después fue modificada, diciendo que Gerardo Pesqueira, era el sordo y que estuvo relacionado con éste. Pero Pesqueira ni siquiera  participó entonces.

Ese es el nivel de desconocimiento de lo sucedido, desconocimiento que me llevó a escribir este artículo. Gerardo Pesqueira vivía en una casa de cantera, ya desaparecida, con techo de cuatro aguas que estuvo situada arriba del cerro, en el extremo Sur de la calle Elías. Hijo de Ignacio Pesqueira González "El Butaco" y de Manuelita Araiza, fue miembro de una familia numerosa como era común entonces, 7 hermanos y seis hermanas en total.  Su Padre era dueño de la mina de Planchas de Plata y su hermano, Walterio Pesqueira, acababa de ser el Administrador de la Aduana de Nogales y sería alcalde de esta ciudad en 1923.

La Relación de Gerardo Pesqueira en este incidente internacional del 27 de agosto de 1918, ocurrió tiempo después, cuando el 9 de febrero de 1920, a las 6 de la tarde, le informaba el presidente al gobernador en un telegrama:

“Persona inexperta sin medir compromiso trató evadir acción celadores americanos, quienes para hacerse obedecer de profugo dispararon sobre él, poniendo en peligro vidas [de] este lado, hiriendo proyectil accidentalmente [a] Gerardo Pesqueira en muslo”. 

Al saber lo ocurrido, nuevamente como había ocurrido en 1918, la población de Nogales se lanzó a las calles pidiendo armas para defenderse, aunque ya al anochecer le informaba el Presidente Municipal al Gobernador en un telegrama: “...a pesar emoción pueblo ensobervecido [sic]  todo arreglose bien debido a buenas amistades con altos jefes militares [estadounidenses]. Población encuentrase en completa calma esta hora.” Así fue cómo la agonía de Gerardo Pesqueira duró hasta el día 12 de febrero,  cuando falleció a las 6:50 PM.

El domingo 13 de febrero de 1920, a las 9 AM, un desfile escolar, seguido de una ceremonia oficial en el Palacio Municipal celebraba que Nogales hubiera sido declarada ciudad. Lo único que manchó ese festejo fue  la marcada ausencia de los miembros de la Alianza Hispanoamericana, que era entonces la asociación más importante de Nogales, quienes se encontraban de luto debido a la “... pérdida irreparable de nuestro consocio Gerardo Y. Pesqueira, quien dejó de existir ayer a las 6:50 PM” 

Un día después, el lunes 14, pasaba a territorio mexicano su cadáver, siendo recibido por la población entera de Nogales, que acompañó su féretro al panteón del Rosario ese mismo día, a las 4 PM. Y aunque este camposanto estaba clausurado entonces debido a la enorme cantidad de fallecidos por la pandemia de Influenza Española, se obtuvo una dispensa especial del Gobernador del Estado, para permitir su inhumación allí.

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