El Obispo Navarrete hasta 1929



A la llegada al Estado del recién investido como Obispo de Sonora, después de haberse reanudado los cultos públicos religiosos en Sonora, Juan Navarrete realizó una visita general por su geografía para conocer su medio y a su gente. 

Ese año de 1919 fue a Magdalena, a Arizpe, a Cananea y a Moctezuma, para después recorrer los pueblos del Río Sonora hasta Banámichi. Entrado el año siguiente, 1920, se dirigió a Guaymas y a los pueblos del río Yaqui, visitando también Navojoa y Alamos para regresar después a Hermosillo. Posteriormente, en abril fue a la cuenca superior del río Yaqui, pasó por Ures y visitó Batuc para terminar en Granados, región que con el tiempo se convertiría en un refugio católico. Luego, en noviembre visitó el desierto de Altar, y para el año siguiente, 1921, recorrió desde Agua Prieta hasta Nacozari.

Sin embargo, nuevamente las relaciones entre el Gobierno, ahora el Federal y la Iglesia, se encaminaban a un enfrentamiento total a través de una serie de medidas que fueron enrareciendo el ambiente nacional. 
José Pérez Budar
De esta manera, el 21 de febrero de 1925 José Joaquín Pérez Budar, un sacerdote cismático, congregó a un grupo de sacerdotes en la Iglesia de la Santa Soledad de la Cd. de México (para después cambiarse a la de Corpus Christi), en donde establecieron la Iglesia Católica Apostólica Mexicana en oposición a la Católica, Apostólica y Romana. Y aunque no obtuvieron el apoyo abierto del gobierno federal, de cualquier manera fue innegable el que les prestó Ricardo Treviño, dirigente de la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal, filial de la entonces nueva, Confederación Regional Obrera Mexicana. 
 La Iglesia Católica Apostólica Mexicana llegó a contar con trece sacerdotes y seis parroquias, aunque disminuyeron ambos casi de inmediato y eventualmente su principal zona de influencia fue el Sur de la Unión Americana. Entre sus prácticas religiosas estaba la del uso del español durante los rituales, se oponía al celibato sacerdotal, así como al cobro de diezmos y de tarifas por otorgar los sacramentos.

Un mes después, en marzo de 1925 era fundada en la Cd. de México la  Liga Nacional de Libertad Religiosa, una asociación legal de carácter cívico cuya finalidad era la conquista de la “libertad religiosa y todas las libertades que se derivan de ella en el orden social o económico, por los medios adecuados que las circunstancias fueran imponiendo".  Sin embargo,  llegó a pedir la abstención en el pago de impuestos y en el consumo de productos creados por el estado. 

Meses después, el 14 de junio, el Presidente de México, Plutarco Elías Calles, expidió la que se llamaría “Ley  Calles” a través de la cual se exigió el cumplimiento uniforme en todo el país de la Constitución de 1917; en particular se estableció el límite máximo de contar con un sacerdote por cada 6 mil habitantes, que los sacerdotes se registrasen en sus municipios para poder ejercer, así como que el Congreso de la Unión o el gobierno Estatal expidiera una licencia que autorizara el ejercicio sacerdotal.


En respuesta, el 24 de julio los obispos del país, con el apoyo papal, ordenaron la suspensión total de los ritos católicos en todo el país a partir de la entrada en vigor de esta ley, que ocurriría el 31 de julio. El Obispo Navarrete dejó el Estado el 16 de septiembre siguiente, escribiendo una pastoral a los fieles sonorenses en la que informaba que había sido obligado al destierro: “…viajando en el ferrocarril con rumbo a Nogales Arizona, donde debía tomar parte en la función de desagravio que nuestros hijos de Nogales habían organizado con motivo del aniversario de la proclamación de la Independencia Nacional,  un individuo que se dijo ser esbirro del gobernador del Estado nos intimó verbalmente y con amenaza de vencer nuestra resistencia con la fuerza pública, [nos comunicó] la orden de abandonar el país…” Así se estableció en Arizona, en donde permanecería hasta 1929.
 
Y mientras el Obispo Navarrete se encontraba en Arizona, iniciaba en México la que hoy conocemos como Guerra Cristera o Cristiada. El principal escenario geográfico de esta contienda fueron los Estados del Centro de México, en donde las protestas se dirigieron en contra de las medidas gubernamentales anticatólicas, además de que surgieron revueltas en el Bajío en contra de la reforma agraria promovida por el Gobierno. De esta manera, se ha entendido a la Cristiada también como la última rebelión agraria mexicana. Pero el espacio se agota y en artículos posteriores tocaré éstos y otros temas relacionados.

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