Arizona en la Independencia de México

Al hablar de Arizona durante el inicio del México independiente, hallamos que la historia del templo de Tumacácori, a unos 20 kilómetros al Norte de la frontera en Nogales, ejemplifica perfectamente las relaciones económicas y sociales que entonces se formaban en Sonora y en la región que poco después se convertiría en estadounidense. En los artículos anteriores de la serie que escribo sobre la historia del Estado de Arizona me he asomado ligeramente a la misión de Tumacácori, que al empezar el siglo XIX tenía como misionero a Narciso Gutiérrez. Pues bien, al fallecer éste el 13 de diciembre de 1820 lo sucedió Juan Bautista Estelric, un mayorquino que desde mayo del año anterior había estado sirviendo a Magdalena, entonces visita de San Ignacio.

Al llegar a Tumacácori, Estelric de inmediato se dio a la tarea de construir un nuevo templo ya que el que había, de la época Jesuítica, era de adobe y se encontraba en ruinas. El principal problema aal que se enfrentaba era que no tenía recursos para la obra. Sin embargo, por otro lado Don Ignacio Pérez, residente de Arizpe e hijo del dueño de Cananea, había hecho una solicitud ese mismo diciembre de 1820 para adquirir una merced de tierra en San Bernardino, terreno situado al Este del actual Agua Prieta, población que obviamente entonces no existía,  y convertirlo en rancho ganadero. La merced de San Bernardino eventualmente midió alrededor de 29,000 Has, y estaba situada en México y los Estados Unidos. 

Ahora bien, el problema de Pérez era conseguir el ganado necesario para abastecer la  merced, por lo que el 2 de enero de 1821 firmaban Pérez y Estelric un contrato de venta en $3 por unidad de 4,000 cabezas de ganado de las 5,500 con que  contaba la misión de Tumacácori. Pérez accedió en pagar $4,000 al recibir la manada, $2 mil más en seis meses y el resto, $6 mil, antes de uno y medio años. Así fue cómo, alrededor del 4 de febrero, Don Rafael Elías González, cuñado suyo y representante, además de bisabuelo de Plutarco Elías Calles y tatarabuelo del autor de estas líneas, recibió el ganado e hizo el primer pago de cuatro mil pesos, dinero con el que Estelric inició la construcción del templo.

Tumacacori
El problema surgió poco después ya que al vencerse el plazo del segundo pago del ganado y no recibir lo prometido a pesar de pedirlo repetidamente, Estelric escribió una nota por $1,000 a favor de Don Félix Bustamante, y le envió a Pérez una carta en que decía que si no pagaba “me veré obligado a tomar otras medidas para recobrar la cantidad y cubrir mis obligaciones, pasos que serán dolorosos pero inevitables,” por lo que Pérez cubrió la nota, aunque le quedaron $1,000 por pagar.

Así, la obra de la iglesia quedó inconclusa hasta que en 1822 el nuevo misionero, Ramón Liberós obtuvo la promesa de Don Rafael Elías González de que sería cubierto el adeudo y se continuó la obra del templo, aunque para abaratar costos debieron suprimirse varios elementos, tales como el crucero, ya que el templo fue desprovisto de éste, las torres gemelas ue se habían planeado y el techo en bóveda del recinto, que finalmente fue construido plano. El viajero puede ver el templo, que ha sido convertido en museo, a un lado de la carretera, situado a unos kilómetros al Norte de Nogales.

Interacciones como ésta entre los criollos sonorenses y  los negocios de las misiones, poco a poco fue alterando, suprimiendo el papel social y económico de la institución misional, y a la vez también fueron concediéndose más Mercedes de Tierras, que gradualmente al iniciar el siglo XIX cambiaban la estructura socioeconómica de la región, ya que disminuyeron el papel misional en favor de una visión más individualista y comercial.

Para empezar, es notable a todas luces que las mercedes tenían, en su mayoría, la forma de un paralelogramo en el que el lado mayor, por escogerlo así los denunciantes en el momento de la medición del terreno, seguía el cauce de algún arroyo o río, obviamente intentando maximizar el potencial del terreno a través de su acceso al agua.

Otro factor fue el de la función social de quienes adquirieron entonces las mercedes en el actual Arizona fue principalmente del servicio de las armas. Así, entre 1820 y 1821 se denunciaron cuatro mercedes. San Ignacio de la Canoa por los hermanos Tomás e Ignacio Ortiz Peña, sobrinos políticos de Fernando Elías González. Estuvo situada al Sur de Green Valley actual y medía cuatro sitios. San Bernardino, del que ya hemos hablado, y cuyo dueño igualmente fue sobrino político de  Fernando Elías González. Además San José de Sonoita, al Este de Calabazas y denunciado por León Herreros, de Tubac, quien en 1831 le vendió el título a Joaquín Elías, y finalmente San Rafael de la Zanja, al Norte de Santa Cruz, denunciado por Manuel Bustillo, aunque en 1825 le vendió sus derechos a Ramón Romero. 

Posteriormente, entre 1831 y 1844 ocurrió otro periodo de denuncios, diez en total que sería cansado enumerar, aunque mencionaría que entre estas estuvo Los Nogales de Elías, donde actualmente se encuentra esta población. De las diez mercedes, nueve fueron concedidas a miembros de la familia Elías, una familia cuyos miembros se destacaron en la vida política, militar o religiosa de inicios del Sonora independiente. En seguida muestro un mapa con las mercedes de tierras situadas más cerca de Nogales actual, que obviamente entonces no existía, como tampoco había la frrontera. Unicamente los pongo como referencia.

Mercedes de tierras en la frontera actual
Vendría después el establecimiento de la frontera actual y algunos de los ranchos establecidos entonces, Nogales entre ellos,  fueron divididos en dos por una frontera que entonces no existía, pero eso ese es un tema para otro artículo más.

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